La empatía es ver a la persona con sus diferencias, es entender que tiene una historia y una educación distinta, que es singular y que por lo tanto interpreta de manera única la realidad que vive.
La empatía es meterse en los zapatos de la otra persona para ver a través de sus ojos, sin juzgar.
No hay que sentir como ella, sino que con entender y respetar está bien.
Cuando la persona expresa lo que siente, con todas las dudas e inseguridad que eso a veces trae, siempre viene bien encontrarse con alguien que la ayude a ordenar, porque normalmente no se está describiendo algo tangible, sino algo un poco más abstracto, que quizás no se cuente todos los días.
Tanto en una relación de pareja, como en relaciones familiares o de amistad, la empatía es una de las herramientas personales que más ayudan a que alguien se sienta seguro.
Creo que no hay mejor sensación, que el atreverse a expresar algo que generaba miedo y que te encuentres con alguien, que te transmita que todo está bien y que está ahí para apoyarte durante tu camino.
Así la culpa por sentir lo que se siente se va de un plumazo.
Muy identificado con su artículo, sucede que he transitado por la vida con una enfermedad en los huesos y esa condición hace que luzca “diferente” a la mirada del resto, muchas veces la falta de empatía ha causado estragos en mi, pero llega un momento que todo se hace más fácil, llegamos a comprender que quien la obtenga posee un rico valor humano. Saludos cordiales
Sí, la verdad es que la empatía ante lo que puede resultar distinto o nunca se ha vivido, tiene mucho valor. Es ahí cuando más se necesita y cuando más valiosa es.
Un abrazo!